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domingo, 7 de septiembre de 2008

SOCIALISTAS Y PERONISTAS MIDEN FUERZAS.

Mientras el socialismo festejaba la sanción de la Ley de creación de los Comités de Salud y Seguridad en el Trabajo como si fuese la copa del mundo (al fin y al cabo reemplazará por este año la fallida reforma de la Constitución) que prácticamente opacó la sanción definitiva de otra Ley por la que pugnaba el partido gobernante: el Código Procesal Penal que, una vez aprobadas las leyes conexas deberá entrar plenamente en vigencia a partir del 30 de octubre de 2009, Ricardo Spinozzi reunía en la sede partidaria del PJ a intendentes, jefes comunales y legisladores para seguir oponiendo resistencia a otro ícono político parlamentario del socialismo: la reforma tributaria.
Desde la Casa Gris se bajó el discurso de que con los Comités de Salud y Seguridad Laboral se logrará “adecentar” las relaciones y condiciones laborales, sobremanera a la luz de las últimas noticias que daban cuenta de que de las 57 denuncias de accidentes recibidos en la SRT en la provincia de Santa Fe durante el primer semestre de 2008, 29 son laborales, de los cuales 12 fueron consecuencias de accidentes de tránsito, 1 por arma de fuego y 16 se produjeron en el ámbito de trabajo. Según la SRT, de los 29 accidentes laborales mortales, 13 se produjeron en el rubro transporte, 9 en la construcción, 4 en la manufactura, 1 en telecomunicaciones, 1 en el agro y 1 la actividad de extracción de arena.
“Esta Ley es inconstitucional”, bramaba en el hall del Parlamento el diputado peronista Jorge Lagna; su lado un encumbrado legislador radical, que por lo visto tampoco estaba de acuerdo con la norma, se preguntaba “cuando se accidente otro obrero de la construcción; vamos a ver qué explicaciones da el Ministro” (Carlos Rodríguez, de Trabajo) quien, un poco mas allá exultante posaba para las fotos junto a los gremialistas de ATE (encabezados por el titular Jorge Hoffmann), Amsafé (capitaneados por Sonia Alesso) y la UOM San Nicolás que fueron a la Legislatura el jueves a presionar por la sanción de la norma. Al diputado Alberto Cejas (secretario Gral de la CGT Santa Fe) con cara de circunstancia no le quedaba otra más que saludar a sus festejantes “compañeros” gremialistas.
El peronismo no tuvo mas remedio que acompañar la norma ante la presión sindical, aunque no se privó de introducirle modificaciones, y pese a que el senador costero José Baucero se empeñara por aclarar desde su banca (además de tratar de recuperar las banderas de Perón que momentos antes les había arrebatado con su discurso el senador socialista Juan C. Zabalza) que “nunca” estuvo, “como se dijo por ahí”, en el peronismo la intención de “cajonear” esta Ley, lo cierto es que al justicialismo no le hizo ninguna gracia que el socialismo se la sacara prácticamente de arrebato; sin contar la reforma al Código Procesal Penal que para muchos legisladores del PJ es lisa y llanamente “un disparate”.
Relaciones de fuerza
Así es como se perfilan las relaciones de fuerza en el Parlamento: el peronismo acarreando sus desconfianzas internas entre reutemistas, obeidistas y seguidores de Agustín Rossi, que seguramente se profundizarán el año que viene, tratando de ser amalgamado (no digamos encolumnado) partidariamente por Ricardo Spinozzi desde la mítica sede partidaria provincial de calle Crespo de esta capital, que el joven presidente intenta convertir, además en fortaleza de la resistencia y embate contra el socialismo gobernante.
Desde el gobierno el Frente Progresista Cívico y Social, tal como anticipáramos en tas páginas hace casi dos años, se debate entre los reclamos de mayor participación política de los socios radicales, accionistas mayoritarios de votos según su entender ;el protagonismo político – no electoral - que creen merecer los del ARI (fragmentado también internamente), el PDP que solo busca perdurar como partido provincial casi centenario y el libre pensador Marcelo Brignone que con su ignoto Partido Encuentro la juega como un opositor mas a Binner; todo ello sazonado convenientemente con la hegemonía que ostentan los socialistas desde la Casa Gris que, si bien tienen su propia interna, todavía no se les nota en el Parlamento. Ni se les notará.
El socialismo muestra en la pública que a pesar de la inesperada crisis económica nacional, están preparados para llevar adelante su plan de gobierno, mientras el peronismo se esmera por señalar lo contrario; y para ello apela a contener partidariamente a las “cédulas básicas”: las jefaturas distritales, a las cuales también quiere llegar el socialismo desde la “seducción del poder”; lo cual traducido en castellano básico significa cooptar lisa y llanamente a comunas e intendencias peronistas para que “sin perder su identidad”, jueguen decididamente para el Partido gobernante a la hora de convencer a sus legisladores, y de paso a la ciudadanía de, por ejemplo la importancia – y los beneficios para esas administraciones- que acarreará la reforma tributaria, partido clasificatorio para la gran final socialista: reformar la Constitución.
Convencido de que “billetera mata galán”, Ricardo Spinozzi desde la presidencia del poderoso PJ contrarresta arreando al seno partidario a los jefes comunales para persuadirlos de que si ceden a los encantos socialistas, la recuperación del Sillón del Brigadier tardará mas de lo previsto; para ello el senador por Gral López (serio aspirante a ése Sillón) golpea fuerte: “estamos ante un gobierno que por iniciativa propia no ha ejecutado ni media cuadra de ripio y que intenta desviar la atención de la gente con la historia de los nodos o el debate falso de la reforma de la constitución, que no está entre las prioridades de los santafesinos”, arenga.
El socialismo, que parece haber entendido que los peronistas tardaron menos de lo previsto en recuperarse del mazazo electoral del 2007, no quiere perder la iniciativa ni la ofensiva demostrada en campaña: “en los últimos años, por esto de no haber aumentado ningún impuesto, ¿cuántas obras se podrían haber hecho de acueductos, de agua potable, de cloacas, de arreglos de los hospitales, de las escuelas, en momentos en que había una bonanza económica en el país?", retrucó el Primer Ministro Antonio Bonfatti ante las ácidas críticas peronistas sobre la reforma tributaria.
Todo indica que de aquí a fin de año se intensificará la artillería verbal entre socialistas (los radicales, de acuerdo al reparto accionario que haga Binner, sumará mas o menos soldados a la batalla) y peronistas en pos de lograr la atención de una ciudadanía que, hoy por hoy tiene la mirada clavada en los índices de inflación, y lo que pueda ocurrir con el zigzagueante gobierno de Cristina Fernández.
14 de Setiembre de 2008 Leer más...