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lunes, 5 de septiembre de 2011

ENTRE LAS ELECCIONES Y LOS CARGOS.

Los radicales utilizan la muy norteamericana teoría del ataque preventivo y le pasan la factura a Bonfatti por los cargos a repartir atacando a Hermes Binner, advirtiéndole no tan sutilmente al futuro Mandatario que quien puede lo mas también puede lo menos. Los tiempos del socialismo, como en su momento fueron los de Carlos Reutemann, suelen exasperar a los impacientes; dan la impresión que al reloj lo manejan ellos y no al revés. “Todo a su debido tiempo y armoniosamente” solía repetir Perón.
Es así como los dirigentes radicales se enancan para tal faena en la deslealtad de Hermes Binner para con Ricardo Alfonsín, habiéndole hecho perder tiempo entreteniéndolo con una fórmula compartida que nunca estuvo en el espíritu de Binner. Repasando los archivos de nuestras notas, advertíamos que el Gobernador santafesino, a diferencia de otros aspirantes, tenía su decisión atada a la suerte de Antonio Bonfatti en las primarias primero y las generales mas tarde. Pero asegurábamos por entonces que si de ésa doble faena electiva Bonfatti saliera electo Gobernador, lo mas seguro es que Binner aspirara a la Presidencia de la Nación. “Binner no es segundo de nadie”, supimos escribir en estas mismas páginas.
Alfonsín y los suyos debieran haberlo sabido, o al menos imaginado, para no sentirse después supuestamente traicionado en su buena fe por Binner, e ir corriendo a una sociedad con De Narváez que le acarreó más perjuicios que dividendos.
De todos modos, la magra elección radical en territorio santafesino no es culpa de aquellos desencuentros con Binner, sino mas bien del sorprendentemente escaso poder de seducción del candidato, sumado a los encontronazos intestinos que hicieron del 14 de agosto un feroz campo de batalla interna, a la cual en la Provincia en no pocos momentos de la historia reciente nos tuvieron acostumbrados los radicales; basta con memorar las traiciones mutuas entre Cáceres y Usandizaga.
Alfonsín debiera haberlo sospechado en el momento mismo en que fue anfitrión de afanosos dirigentes que, según otras facciones radicales, no tuvieron el menor empacho en jugarle lisa y llanamente en contra al regresar con las manos vacías.
Lo mismo, y con el agravante de potenciarse, ocurrirá el 23 de octubre. Alfonsín lo sabe de boca de conspicuos correligionarios que lo visitaron recientemente para contarle versión de lo sucedido el 14 de agosto, y advertirle sobre la profecía autocumplida de octubre.
Mientras, y de manera paralela, se libra otra batalla por el poder fronteras adentro de la Provincia. Los radicales quieren saber a quienes de ellos elegirá Antonio Bonfatti para ocupar ministerios y secretarías y, lo primordial, básicamente qué ministerios y secretaría tiene reservada para el Partido.
Desde la Casa Gris Binner le responden con el folklórico slogan “calma radicales”, mientras los colaboradores de Bonfatti se preguntan si el reparto de cargos rige solamente para el Poder Ejecutivo provincial y no para los Municipios, admitiendo que si bien es verdad que Binner primero y Bonfatti después ganaron por imperio del trabajo del FPCyS y esencialmente del radicalismo, no es menos cierto que las políticas oficiales ayudaron a conservar esos municipios el 24 de Julio último, caso Santa Fe, apuntan. ¿José Corral (intendente radical electo de Santa Fe) habla de los socialistas que pondrá en su gabinete acaso?, se preguntan en La Gris.
Sospechamos – y los radicales también, por eso amedrentan- que Bonfatti pasará a los postulantes por varios cedazos: primero “el pelado” definirá junto “al Partido” (ergo, Hermes Binner) la importancia estratégica de las áreas a compartir; luego pasarán por el tamiz los frentistas radicales que jugaron con Rubén Giustiniani para debilitar a Bonfatti en las primarias, en la idea de colarse por el medio. Y finalmente serán filtrados los encolerizados que hoy día la emprenden sin eufemismos contra Binner por sus recientes e inflamantes dichos sobre el final de un acto partidario en Rosario.
Precisamente el enojo radical se disparó cuando los medios difundieron una entusiasta arenga de Binner a sus seguidores sobre el final de un plenario socialista en Rosario, haciendo notar que el "el siglo XXI es del socialismo, los otros partidos son del siglo pasado". Los radicales se dieron por ofendidos en nombre del resto de las fuerzas del FPCyS y acusaron a Binner de "hegemónico" y "desmerecer" a sus socios políticos, en un documento que firmó incluso la vicegobernadora Tessio.
El resto de las fuerzas del Frente aún no se pronunciaron.
Binner aclaró que en verdad lo dijo en un acto partidario para “entusiasmar a la gente”. La verdad que podría haber cuidado un poco las formas en un momento de tanta sensibilidad dentro del Frente.
“Esta todo bien, mientras la cúpula se enoja, la relación de Antonio (Bonfatti) con los intendentes y presidentes comunales raciales es la mejor”, relativizan – como siempre- en el entorno de Binner; mientras auguran que “después del 23 de octubre todo se normalizará”.
A todo esto, la certeza de que María Eugenia Bielsa, “la Dama de Hierro”, presidirá la Cámara de Diputados produjo un tembladeral en el peronismo, sobremanera los reelectos, acostumbrado a las formas y los generosos modales del actual titular del Cuerpo Eduardo Di Pollina, “un verdadero caballero”, elogian desde todas las fuerzas políticas; lo que animó a un grupo de radicales a sugerir el nombre de un actual diputado reelecto para presidir la Cámara en caso de que no haya acuerdos en el PJ.
Los ideólogos de dicha operación cargan en su imaginario haber los 15 votos del FPCyS, los siete de la Unión PRO Federal, y los que responden al sindicalista Alberto Maguid, número incierto más allá de los reelectos Silvia De Césaris y Federico Reutemann.
Desde Casa de Gobierno la respuesta no podía ser mas tajante: “la primera regla es respetar las reglas: si el peronismo ganó la categoría diputados debe presidir la Cámara”. Además están convencidos que la supuesta efervescencia que genera el nombre de María Eugenia Bielsa en algunos peronistas, se apagará cuando los llamen desde Presidencia de la Nación para impartirles órdenes; “sino miren lo que pasó con De la Sota, ya bajó su lista de diputados”, aleccionan los socialistas, convencidos de que con el seguro triunfo del 23 de octubre, entre otras menudencias Cristina irá por la creación del Partido Kirchnerista. “De allí la importancia de un opositor serio como Hermes (Binner) que no anda dinamitando puentes por deporte, sino señalando lo que se podría hacer distinto y con argumentos”, arguyen cuando le hicimos notar que al Gobernador santafesino lo tildan de “funcional” al kirchnerismo.
Binner intentará mostrarle a la sociedad que lo suyo es un “socialismo 2.0” (copyright del autor de esta nota) para posicionarse como el mejor opositor a quien votar el 23 de octubre.
Los radicales ya no miran tanto el escenario del 23 de octubre, sino lo más concreto: el reparto de cargos en el gabinete de Bonfatti.

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