La Presidente Cristina Fernández echó manos a quinientos millones de pesos por año para aplicar un nuevo subsidio de 20 centavos por litro de leche producido (hasta un tope de tres mil litro) para evitar el colapso definitivo del sector tambero y que no se cumplan los presagios de dirigentes y especialistas que preanuncian la inminente importación de leche.
Una vez mas la lechería está en el centro de la escena.
No es nuevo; cuando la soja, el maíz y el trigo no eran preocupación coyuntural de los analistas – ni de los productores – en nuestra Provincia (y hablamos de una década atrás) ya se discutía en “Mesas de Trabajo” el “futuro de la lechería y las políticas de fondo para evitar el colapso”, que no pocos vaticinaban para los tiempos casi inmediatos por venir.
Pero el clima, los buenos precios internacionales, y por momentos el fulgurante poder adquisitivo de los argentinos siempre pusieron un manto de piedad sobre el sector y estiraron la agonía de los tamberos.
Hoy, la caída del sector en el mundo entero es del 6% promedio y la argentina no es la excepción; a lo que debe sumársele el flagelo de la sequía que secó los campos y resecó los bolsillos de los productores que debieron acudir a las reservas – que prácticamente no las hubo del verano pasado - y suplementos para alimentar a las vacas, echando mano a las reservas bancarias. Lo que dice un perfecto caos.
“El ternero nace o se lo hace nacer, sino se muere”, supo metaforizar el ex secretario de agricultura de Santa Fe Ing. Oscar Alloatti; el actual Ministro de la Producción de Santa Fe, Juan José Bertero quiso salir del juego de la retórica y hacer “nacer al ternero” anunciando la puesta en marcha de algunos puntos conversados en la fronteriza San Francisco allá por enero del 2002 cuando precisamente Alloatti ejercía el cargo. Por entonces se hablaba de los laboratorios arbitrales y básicamente el registro de tambos que permitirán contar con datos estadísticos actualizados sobre la producción, ABC para establecer un mecanismo de control de la oferta, base de la propuesta que tamberos e industriales analizaban (hace siete años) para fijar un mecanismo que evitara las oscilaciones de precios estacionales.
Hoy día la industria está a full en la capacidad de pago, Y con la realidad actual de ambos mercados (interno y externo) anuncian que no hay muchas cosas por hacer más que seguir con subsidios a la producción y la implementación de alguna zanahoria para la exportación como pueden ser los reintegros. Salvo Nueva Zelanda y Australia, todos los países lecheros, ya sea poniendo subsidios (Unión Europea y USA) o protegiéndose (Brasil, Chile y otros), están interviniendo en la lechería para sortear la caída de los precios internacionales.
Los anuncios de Bertero
En Santa Fe el Ministro de la Producción Juan José Bertero salio al ruedo y anunció que se establecerá un registro de productores tamberos; se reconocerá una red de laboratorios de fiscalización que operen en la provincia para el análisis de leche y, al mismo tiempo, los tamberos deberán generar acuerdo con ellos para hacer análisis de rutina. Consultado por nuestro Diario un experto en el tema nos respondió que “lo de los laboratorios comenzó luego de los paros de marzo de 2002 donde a partir de allí se armaron en San Francisco dos comisiones de trabajo entre productores-industria-estado: una de las comisiones evaluaba todo lo concerniente a leche de referencia, laboratorios arbitrales (independientes de la producción y la industria) y liquidación única; y la otra comisión la transparencia, administración de la oferta y mecanismos de fijación de precios.
Hoy dia la primera comisión sigue funcionando bajo el paraguas del Plan Piloto de la SAGPyA pero hay bastantes problemas para conseguir laboratorios y ponerse de acuerdo con la leche de referencia, ilustró nuestro referente.
Bertero hizo saber que se le solicitará a la industria que publique mensualmente los precios con los que negocia el producto. En principio se había hablado de un decreto del Gobernador Binner obligando a publicar los precios, hecho inviable porque las empresas regidas por la ley de comercios (SA y otras) o las cooperativas (ley de cooperativas) tienen su ente de contralor específico pero son empresas privadas.
En este sentido, las fuentes consultadas nos hicieron saber que hasta setiembre del año pasado la SAGPyA publicaba el precio pizzara que surgía del promedio de las 22 industrias que le remitían datos, luego, por los sucesivos conflictos se dejó de publicar.
Seguidamente, Bertero describió que el Estado provincial determinará una leche de referencia y una tabla con las distintas calidades para que sirva de guía a la hora de la transacción entre los productores y la industria. En este punto, la Provincia se encontraría con el escollo de que esos parámetros están pensados a nivel nacional y se le haría difícil a la Provincia repetirlos.
Cabe aclarar que cuando se habla de referencia se refiere a los parámetros de grasa butirosa, proteína, recuento bacteriano, células somáticas, etc.; o sea habla de la calidad composicional, higiénica y sanitaria para que todos los productores con su liquidación en mano puedan comparar lo que paga una empresa y otra y además sepa por que le pagan ese precio.
De manera visionaria, Bertero habló de solicitar al gobierno nacional un apoyo en la coyuntura, como son los subsidios que necesitan los productores, y que están en el orden de los 25 centavos por litro de leche. La Presidente acaba de anunciar 20 centavos.
En cuanto al segmento descripto por el Ministro santafesino de dejar liberado los saldos exportables para terceros mercados, ya que hay un exceso de producción que necesita tener salida al mercado externo y una seguridad de una comercialización fluida hacia el extranjero, los expertos consultados nos dicen que hoy está todo liberado (salvo algunas trabas administrativas) y si no se vende al exterior es porque no conviene el precio.
El año pasado había precio de corte; se les pagaba a las industrias exportadoras 2.100 dólares la leche que exportaba a 4.000, luego 3.000 la que se exportaba a 5.000, mientras Guillermo Moreno se sentaba arriba de los expedientes de exportación y le daba permiso a los que quería su absolutista voluntad.
La actitud del gobierno nacional
Según consigna el portal Lapolíticaonline, la semana pasada Guillermo Moreno les propuso a los industriales que pagaran a los tamberos un precio mínimo de 0,83-0,85 $/litro a cambio de un eventual subsidio aplicable a las exportaciones de productos lácteos. Pero los representantes del sector le dijeron que no. Estos 10 centavos de diferencia que buscaba conseguir Moreno son los que hoy salió a cubrir Cristina con 500 millones del Estado.
Moreno volvió a la carga y solicitó a los representantes de CIL y Apymel que firmaran un acuerdo por medio del cual asumían el compromiso de pagar entre 0,77 y 0,81 $/litro, es decir, el mismo rango general de valores que está pagando la industria en los últimos meses.
Desde la industria cooperativa señalaron a nuestro Diario que “es justamente lo que había que hacer para sortear la coyuntura. Cuando el mercado no da para mas por una crisis como la existente a nivel internacional, hay que subsidiar temporalmente las actividades estratégicas (USA y la Unión Europea lo están haciendo).
Nuestras fuentes nos hicieron notar que con 80 centavos de la industria y 20 de subsidio el negocio cierra (salvo para aquellos productores que tienen serias falencias de productividad y solo los puede salvar un muy buen precio) y con un peso el litro de leche se puede competir de igual a igual con la soja. “Con el peso y buenas lluvias en setiembre todo puede cambiar”, se esperanzó, sin descartar que “hay que seguir trabajando sobre las cuestiones estructurales del sector”.
Precisamente, para aquellos productores que no alcanzan las escalas necesarias para hacer rentable la explotación, cooperativas como SanCor están implementando un Programa de Desarrollo Tecnológico que tiene como objetivo el aumento de productividad relacionado directamente con el desarrollo de habilidades y/o mejoras en cuestiones relativas a la gestión técnica, económica y financiera de sus establecimientos.
Otra cooperativa, Milkaut, está en el mismo camino.
Otras cuestiones allende las tranqueras
El presidente del CIL, ex – Ministro de la Producción santafesino y ex secretario de agricultura de la Nación Miguel Paulón alertó que el problema de la lechería – y del campo en general- no solo pasa por las cuestiones específicas, sino “por otras razones que van mas allá”, sugirió.
Lo que Paulón quiso decir es que los dirigentes del campo están enfrascados – empujados por las bases - en una disputa política con el gobierno nacional (que suscita internas y mella las negociaciones entre los propios dirigentes del sector) embalados por la fragilidad política del gobierno y la bronca contenida por lo sucedido durante el conflicto del año pasado, en que debieron soportar las adjetivaciones de golpistas, grupos de tareas, oligarcas, piqueteros de la abundancia y otras laceraciones por el estilo por parte del matrimonio presidencial.
En el propio sector lechero coexisten tantas mesas que se parece a una mueblería. Unificadas en los criterios políticos (maliciosamente se las denominan “las K”) están la santafesina Meprolsafe y la cordobesa Caprolec (manejadas en las sombras por Roberto Sosín y Juan Trossero respectivamente) aunadas con Mesas similares de Buenos Aires y Entre Ríos.
Por otro lado está la poderosamente mediática Mesa de Enlace Nacional de las cuatro entidades madres que no congenian para nada con las políticas “aperturistas” (hacia el gobierno nacional) de Meprolsafe, Caprolec, Entre Rios y Buenos Aires, pero no tiene “poder de fuego” territorial, por lo cual se vale de los disidentes “autoconvocados” de las cuatro Mesas provinciales.
Lo que se dice un verdadero aquelarre del cual suele sacar provecho – ficticio- Guillermo Moreno con voluntaristas actas acuerdo que la Presidente firma, ya sea en La Casa Rosada, Olivos o Villa María con estas Mesas y las industrias que no tienen mas remedio que poner el gancho si no quieren verse sometidas a los rigores de Moreno.
Mientras tanto el sector, – como tantos otros – adolece de una política de fondo que al menos en Santa Fe se quiere acomodar desde el Ministerio de la Producción basándose en lo deseable desde lo posible con las medidas antes descriptas.
El insalvable problema que tiene Bertero es el descreimiento generalizado (no solo del campo) hacia el gobierno nacional que puede boicotear colateralmente sus buenas intenciones. O que lluvias providenciales y buenos precios vuelvan a anestesiar los problemas.
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domingo, 2 de agosto de 2009
LECHERIA: ¿SE PROLONGA LA AGONIA CON SUBSIDIOS?
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