YouTube - Darío H. Schueri

Facebook - Darío H. Schueri

Twitter - Darío H. Schueri

domingo, 3 de enero de 2010

EL DIA QUE EL PERONISMO GOBERNO POR UN RATO.

La venganza será terrible.
“No esperamos tanto tiempo para llegar hasta acá para fracasar”, había señalado el Gobernador Binner tiempo después de asumir cuando algunas nubes de tormenta ya aparecían tenuemente en el horizonte. Hoy son oscuros cúmulos nimbus que presagian severas tempestades en el firmamento político santafesino.
El experimentado diputado radical Santiago Mascheroni, viejo zorro de las estepas políticas presagió lo por venir durante la tensa sesión que alumbró el presupuesto y la reforma tributaria pergeñada por el senador Mercier, “esto es política, señores”, sentenció dramáticamente.
El presupuesto y la reforma tributaria modificada por el peronismo en el senado fué aprobada en diputados de manera automática, al no reunir el oficialismo los dos tercios constitucionales para imponer el primer dictamen que, dicho sea de paso, ya había modificado el mensaje enviado por el Gobernador Binner. Allí los radicales le comieron la billetera al Gobernador obligándolo a repartir en partes iguales entre comunas, municipios y Estado el Fondo Sojero, en lugar del 70 % para el Estado provincial y el 30 % para comunas y municipios decretado por el gobierno, tal como viniera de la Nación.
El resto, sólo impuestazos y redentora moratoria consentidos por uno y otros.
Lo ocurrido el pasado miércoles empeorará hasta límites insospechados la relación entre el peronismo y el gobierno socialista; el peronismo esperaba una oportunidad como la ocurrida con el presupuesto para demostrarle a Binner que, como sincerara el senador Crocetti en Sin Mordaza, no alcanza solo con los votos de la gente para gobernar. El peronismo controla el senado, que será la bisagra entre los “Buenos Tiempos” proselitistas del socialismo y el intento peronista por regresar a la Casa Gris en el 2011.
El presupuesto 2010 y la reforma tributaria pusieron además blanco sobre negro en la inestable y cuando no simulada relación entre radicales y socialistas dentro del por ahora artificio del FPCyS. Los radicales, ahora con autoridades formalmente constituídas, aprovecharon la debilidad del gobierno ante el embate peronista para pasar viejas y nuevas facturas y, de paso, mostrarle al dominante socialismo gobernante “cuantos pares son tres botines”. Si no hay cohesión institucional de aquí en mas dentro del Frente, el radicalismo, que ya tiene precandidato a Gobernador (Mario Barletta, intendente de Santa Fe) dejará al socialismo a merced de los hambrientos lobos peronistas. “Si nos tumban a nosotros, caemos todos, acá nadie se salva”, disparó – hacia el radicalismo- con inocultable bronca un empinado legislador y dirigente socialista la aciaga noche del miércoles “presupuestario”.
La guerra por venir.
El peronismo, con el senador Juan C. Mercier como estandarte y artífice de la reforma “desfinanciadora” (al decir del socialismo) adelantó el ejército decididamente hacia territorio enemigo, conquistando el primer bastión en una peligrosa movida que incluyó destruir los puentes, involucrándose de lleno en una estrategia de a todo o nada, para lo cual necesita de una compleja – e improbable- unión de la tropa, dentro de un ejército sin Comandante General (Spinozzi, con mando delegado por Reutemann acaba de renunciar a la titularidad del bloque de senadores), pero con ambiciosos Generales de División como Jorge Obeid y Agustín Rossi, y oficiales superiores con tropa y artillería propia como Alberto Maguid, el ascendente Alberto Cejas, el intendente rafaelino Omar Perotti, el propio Mercier y otros que seguramente se animarán a discutir liderazgos, entre los cuales podría estar Spinozzi. Sólo, y tan sólo Carlos Reutemann puede comandar el disgregado ejército peronista hacia la posibilidad de una victoria.
Si el oficialismo logra recuperarse de la derrota superando anímica y económicamente este duro trance, y consigue alinear su ejército “frentista”, la batalla final, si Reutemann no juega a nada, habrá comenzado en marzo de este año. Habrá muchas bajas y efectos colaterales no deseados.
Por lo pronto, las consecuencias directas del “presupuesto Mercier” aprobado hace una semana comenzarán a verse el mes que viene cuando regresen, bronceados y revitalizados, de las vacaciones los gremialistas estatales y avancen con los pedidos de aumentos salariales (por lo pronto Alberto Maguid de UPCN ya tildó de “irresponsables” a los legisladores peronistas), encontrándose con un gobierno que con seguridad sobreactuará la miseria “a la que nos condenó el peronismo”, dirán.
“Si van a cogobernar, háganse cargo de las consecuencias cuando tengamos frente a esta Legislatura marchas de maestros y empleados públicos pidiendo aumentos”, les profetizaba al peronismo (que lo único que quería era disfrutar del triunfo) Santiago Mascheroni, presagiando “malos tiempos” para todos.

No hay comentarios: