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domingo, 28 de diciembre de 2008

RUMBO AL 2009

La última sesión extraordinariamente política de la legislatura santafesina fue una nuestra gratis del accionar peronista en los meses electoralistas del pronosticadamente fatídico 2009 por venir.
Mientras en el augusto recinto de la reutemista – con algunas independientes salvedades – de la Cámara de Senadores, el peronismo votaban por la inclusión del gremio docente UDA, dirigido por el entusiasta peronista Sergio Romero, a la paritaria docente junto a otro sindicato considerado “chico”: AMET, el trovador costero José Baucero leía, como su fuese un secretario de juzgado, leía la inapelable sentencia redactada en el bloque PJ condenatoria por el desgobierno de “este gobierno socialista” (ante la impasible mirada oficialista de Juan Carlos Zabalza) en un pretendido balance de gestión socialista.
A pocos metros, los compañeros diputados peronistas (que a excepción de Federico Reutemann y el venadense Jorge Lagna, no son para nada reutemistas) insistían en el juego parlamentario de revisiones, votando junto al FPCyS para excluir de la mesa negociadora paritaria al minoritario gremio del “compañero” Sergio Romero, cosa que finalmente ocurrió por haber sido diputados Cámara de origen. Así las cosas, los maestros por fin tienen sus paritarias; y el gobierno socialista otro logro para exhibir.
El jefe de los senadores peronistas Ricardo Spinozzi le dio vía libre al “juanchi” Mercier para que en la última sesión del año con su erudición económica-financiera dejara en claro que “este gobierno socialista” ingresará al espeluznante 2009 sobreactuando los niveles de recaudación que según el ex Ministro de Reutemann, ya vienen en picada, para justificar el innecesario e inusitado gasto público no productivo, ergo, gasto político, ó para mejor describirlo, gasto en política (en el orden del 48% denuncian).
Lo tronado por Mercier ya lo había anticipado un par de días antes el obeidista diputado Mario Lacava: “con la creación de 9047 cargos incluidos en el presupuesto 2009, sumados a otros 3000 devenidos en cien mil horas cátedra, el socialismo pretende consolidarse como estructura política provincial proyectando a Binner hacia el 2011”, revelaba.
El peronismo está convencido que definitivamente Binner no sabe gobernar y que la administración de la Provincia le quedó grande; que lo prometido en campaña era una fantasía apuntalada por un buen despliegue marketinero – que aún conservan – que exacerbó el emotivo momento social de hartazgo de 24 años de peronismo, devenido en la razonable ilusión existencial del cambio que según algunos, hubiera dado cuenta del mismísimo Carlos Reutemann.
Los herederos del General aseguran que si el 2009 se presenta tan complejo como prevén los analistas, el des-gobierno de Binner zozobrará por la impotencia a la hora de gestionar, quedando a merced entre otras fieras nacionales, de los socios radicales que aún rumian la bronca por lo que consideran el ninguneo socialista desde el momento mismo de la repartija de cargos al inicio del gobierno aliancista; para los radicales – lo advertimos en estas páginas hace mas de un año- la relación societaria debería ser por partes iguales, mientras que el socialismo la considera 80 a 20, y actúa en consecuencia. Las relaciones siempre están al límite.
Binner está persuadido y entusiasmado porque comenzó a cambiar 24 años de oscura y sospechosa administración peronista, que la población debería reconocerlo el año venidero en las urnas consagrando la lista de diputados nacionales (y de ser posible, aunque no es excluyente, también los senadores) para solidificar la carrera política hacia un 2011 con destino final Balcarse 50. Para ello necesita gestionar con iniciativas que superen la sensación colectiva de un primer año de gobierno decente que se ocupó de diagnosticar y proyectar (aunque algunas obras, como los emblemáticos hospitales ya comenzaron a licitarse). No alcanza con denunciar deudas sociales ni de las otras (desinversiones en la colapsada EPE, por ejemplo); la gente vota para que le resuelvan los problemas, no para que se los comenten. Nada se hace sin plata; que el peronismo precisamente no le quiere dar, o en el mejor de los casos le quiere sacar.
He aquí la principal obsesión de quienes manejaron las arcas públicas por un cuarto de siglo y ahora sólo tienen para hacer política los limitados subsidios legislativos (que serán escasos en el 2009 con un presupuesto reconducido, perjudicándose también los radicales) y el condicionante derrame de ATN que pueda hacer el kirchnerismo central.
Más allá de la esperable presencia del gran elector Carlos Reutemann, el peronismo necesita imperiosamente que la población advierta de una vez por todas que se equivocó el año pasado al votar un cambio, y que los buenos tiempos pretendidos y prometidos por el socialismo quedaran en vistosos libros con pretensiones de planes estratégicos. Son dos factores que deben darse de manera simultánea para el éxito electoral.
Mientras aguarda el necesario derrape socialista, el peronismo deberá prepararse al regreso de las vacaciones para la sangría interna, solamente evitable por la discrecionalidad de otro acuerdo entre Néstor Kirchner y Carlos Reutemann que dé por terminadas las pretensiones electorales de Agustín Rossi como ocurrió en junio último, para aglutinar al PJ tras el objetivo común de consagrar el proyecto kirchnerista nacional con mayoría parlamentaria como hasta ahora. Y de paso evitar la consolidación de Binner en la provincia.

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