RECTA FINAL RUMBO AL 28 DE JUNIO.

Reutemann “no ve la hora” que lleguen las elecciones, “así se termina todo de una vez”, confesó.
El senador recibe encuestas –a las que dice no prestarle mucha atención, pero revisa-; disfruta del afecto de la gente de los pueblos y ciudades que está recorriendo, ya sea conversando con vecinos y dirigentes ó participando en actos “presentación de listas” con escenarios mas o menos populosos (que suplen los otrora “actos de campaña”). Pero siente que “algo está faltando” para tranquilizar el espíritu; percibe un cosquilleo que lo inquieta.
Sabe el senador que la “madre de las batallas” se dará en Rosario, donde el socialismo gobernante, apoyado en encuestas propias y ajenas, dice obtener una diferencia más que apreciable y, según sus proyecciones, difícil de acortar. De allí que apunta a atesorar los votos históricamente cautivos del interior, que en su gran mayoría migraron en el 2003 hacia el “cambio” propuesto por Binner.
Reutemann decidió rechazar de plano cualquier ayuda económica proveniente del gobierno nacional para la campaña, vía oficina del “Chueco” Mazzón; “no hay chequera posible, los principios no se arreglan con una chequera”, definió en San Justo. No es un dato menor: más allá de una cena con empresarios a diez mil pesos la tarjeta a servirse en el exclusivo restaurante “Rosa Negra” de Capital Federal, y el aporte de los legisladores provinciales, los fondos para una campaña tan exigente (enfrente, y por primera vez, está el partido gobernante) resultan vitales, sobremanera en la última etapa de competencia y el día mismo del acto electoral.
Volviendo a la campaña, Jorge Obeid fue Gobernador en el 2003 (más allá de la Ley de Lemas) porque en la ciudad de Santa Fe – su ciudad – compensó el amplio margen obtenido por Binner en Rosario; Reutemann confía en que el electorado santafesino no le dará la espalda (el encuestador Robustelli le pasó datos sobre una amplísima ventaja en la seccional 10ª, la mas grande de esta capital). ¿Alcanzará con una candidatura virtual?, ¿no será necesario que el senador ahuyente los fantasmas del escrache de socialmente inexistentes “afectados por la inundación” del 2003 y camine algunos barrios santafesinos, o al menos participe de alguna multitudinaria “choripaneada” para los que militantes puedan verlo de cerca y testimoniarse con infinidades de fotos tomadas con celulares?.
Mientras tanto, Agustín Rossi continúa siendo víctima de la organizada intolerancia de grupos de chacareros que lo agreden sin darse cuenta que con ello agrandan aún mas la brecha entre los potenciales votantes de Rossi y la “oligarquía” campesina, falsamente expresada por estos exaltados a los cuales las dirigencias de las entidades deberían repudiar si no quieren que los sigan dañando.
Rubén Giustiniani, además de recordar lo que hizo en sus seis años como senador nacional (y cuatro de diputado), básicamente trata de convencer al electorado denominado independiente de que la única oposición al gobierno central es la suya, a la vez que trata de pegar a Reutemann con los Kirchner: “el 28 de junio Kirchner contará los votos de Rossi y Reutemann como propios porque ambos son peronistas”, acicatea.
Así las cosas, ingresamos en el mes decisivo de campaña en vistas a una elección muy distinta al resto de las legislativas vividas hasta el momento. Apunta el escritor, histriónico y agudo analista político Jorge Asís: “el peronismo federal se propone inexorablemente como alternativa. Por lo tanto, ya se registra la apertura de una licitación, a los efectos de presentar pliegos múltiples para apoyar a Reutemann, el candidato presidencial que crece, más que por presencia, por necesidad, para fortalecer un proyecto -si no contra-, alternativo al que prospera desde Buenos Aires. Cuestión que se obture el menor atisbo de resurrección del duhaldismo; que no surja ningún neoduhaldismo, a pesar incluso del dueño del creador del neologismo: Eduardo Duhalde, de relativa influencia, aunque se registra la existencia del entendimiento de Duhalde con el eje De Narváez-Macri. Y de yapa, Solá”.
Continúa analizando Asís: “el 29 de junio se penetra en el vago territorio de la incertidumbre; entre el 29 de junio, y el 10 de diciembre, el funcionamiento del Poder Legislativo queda entregado a las variaciones del esoterismo. El resentimiento de los que se van sin renovar, complementa la tierra de nadie de los que aguardan seis meses para asumir. Garantía que el Parlamento se entregue al jubileo delicioso de la inexistencia. Semejante, en cierto modo a la intrascendencia actual”.