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domingo, 27 de julio de 2008

INCERTIDUMBRE SOCIAL SE REFLEJA EN LA ECONOMIA NACIONAL Y PROVINCIAL

“Si se va Alberto Fernández es porque detrás se está yendo la Presidente”, confiesan que hace un mes atrás deslizó una fuente de la Casa Rosada. “El Alberto” se fue y, por supuesto la Presidente – como debe ser – no se fue; pero su poder real, ¿cómo quedó?. La primera respuesta la dan las encuestas: 55% de imagen negativa; “irremontable” e “imposibilitadora de gobernar”, dicen enconados analistas porteños.
Según la telúrica sabiduría de un “gaucho” (como gusta llamarlos Buzzi) de un periodísticamente innominado pueblo de nuestro interior, “la Presidente está a tiro de cacerolazo”; y argumentaba su hallazgo analítico: “sino que alguien me explique cómo hace para gobernar un Presidente que tiene solamente el 20% de imagen positiva, mientras su Vice sobrepasa el 70%”.
Pero hay algo peor (para la Presidente); la sociedad “descubrió” que “existe” el Vicepresidente de la Nación, que está primero en la línea constitucionalmente sucesoria y no piensa, como Chacho Alvarez, en renunciar; ¿o acaso alguna encuesta previa al “mi voto no es positivo” le daba al Ing. Cobos mas del 20% de conocimiento?. No están equivocados los Kirchner cuando quieren que “el Cleto” renuncie y quede Pampuro (con quien la Presidente se muestra en toda ocasión) primero en la fila.
Ejercicio de imaginación política: ¿qué podría llegar a pasar si en lugar de la Presidente el Vicepresidente Julio Cobos asiste a la inauguración de la muestra rural de Palermo?, respuesta: ovación para el Vicepresidente y abucheos para la Presidente. Dudamos que varíe mucho el panorama si asisten juntos. Solamente haciendo la “gran Menem” podría asistir la Sra. Cristina Fernández a Palermo; esto es, copando las tribunas con extras (hinchada de Chacarita por aquellos noventa) que solo aplaudan y vitoreen.
Cualquier exposición pública del Vicepresidente Julio Cobos generaría la tercera Ley de Newton o Ley de acción y reacción; esto es, la simpatía social hacia su figura sería directamente proporcional a la reacción de rechazo hacia la Presidente. ¿Es posible gobernar así?.
¿Qué debería hacer entonces el Vicepresidente para no dañar la institucionalidad del país?: “guardarse” y esperar a que las variables económicas (inflación, enfriamiento de la economía, para algunos ya “estanflación”) retornen a la normalidad y la Presidente vaya recuperando niveles políticamente aceptables de aceptación social. Cobos debería hacer lo mismo que Carlos Reutemann: “es tiempo de no hablar más por un tiempo; la pelota está en otro lado", cuenta el colega Mauricio Maronna que respondió el senador nacional.
Binner y el ajuste tributario
Mientras tanto, la bomba neutrónica que estalló con la resolución 125 dejó al gobierno santafesino de Hermes Binner en la incómoda situación de tener que adelantar los tiempos para algunas cosas y retrasarlos para otras; por ejemplo aumentar los impuestos este año y postergar los anhelos de modificar la Constitución. Lo primero (aumentar los impuestos) estaba pensado para el año que viene, y lo segundo (reformar la Constitución) para este año.
Binner no pide aumentar los tributos porque hoy le falte plata en caja, sino porque advierte que dado el este estado de situación nacional que relatamos al principio, utilizar la recaudación – que es probable acentúe su caída - y echar mano a las reservas (los mil quinientos millones que dejó Obeid) solamente para pagar aumentos de sueldos públicos, mayores costos de obras y gastos corrientes mas caros, llevará a la Provincia a una flacidez financiera en el mediano plazo que truncaría las mejores intenciones socialistas.
Como no podía ser de otra manera, el peronismo advierte que antes de lo previsto tiene en sus manos la posibilidad de arremeter contra sus verdugos, recuperando la iniciativa política perdida. Para ello (amén de los partes de prensa de legisladores justicialistas que inundan las redacciones) el ex Ministro de Reutemann y actual senador Juan C. Mercier da cátedras sobre lo innecesario de aumentar tributos en las entidades que así lo soliciten; ya estuvo en la Unión Industrial de esta capital y este martes hará lo propio en la Asociación de Dirigentes de Empresas – ADE- .
Según el Gobernador Binner no cobrarle Ingresos Brutos a la industria, al campo, y a la construcción -como dispusieron Menem y Cavallo en los `90- "no ha significado ninguna mejora para la provincia”.
De hecho sus vecinos Schiaretti (Córdoba) y Scioli (Buenos Aires) ya consumaron los “impuestazos”, por lo cual la “pérdida de competitividad” de las empresas radicadas en territorios santafesino frente a sus pares de, en este caso Córdoba y Buenos Aires, queda neutralizada; a menos que decidan mudarse hacia, como gusta llamarle el escritor Asís, el Estado Libre Asociado de San Luis.
El problema de Binner no es el “cómo” ni el “por qué”, sino el “cuando”; con una sociedad irritada en grado extremo con la administración nacional, que ve como sus ingresos, sus expectativas y sueños se evaporan día a día, un aumento de impuestos por más justo y necesario que sea, arrastraría al Gobernador. No debe desdeñar Binner que en el Indice de Gobernabilidad que mes a mes realiza Horacio Robustelli el ítem “este gobierno esta resolviendo los problemas de la provincia”, en Mayo tenía el 69% y en Julio 63%. Las desdichas de los “K” pueden terminar salpicándolo, mas allá que otra encuesta, en este caso de Alejandrina Retamar sobre el campo, le haya dado a Binner el 70% de aceptación favorable.
Por ello el Gobernador decidió abrir el juego y crear una Comisión multiorgánica (un especie de Consejo del Salario como en la Nación, pero ampliada a otros temas) para “socializar” el debate sobre aumentos de sueldos, tributos, coparticipaciones y todo lo que signifiquen los números del estado.
Eso es bueno, siempre y cuando no se extienda indefinidamente en el tiempo cómo ocurrió con el gobierno nacional y el campo durante los treinta días de tregua, en los que sólo se los reunía para entretenerlos.
Por lo pronto es una buena señal que los gremios estatales admitan que el gobierno reconoce la legitimidad de los reclamos de mejores sueldos, pero advierten de inmediato que no van a tolerar más allá de lo prudente dilaciones en ese sentido: urge una recomposición salarial. Curiosamente los más combativos son sus ex aliados electorales: los docentes de Amsafé.
Binner tendrá que demostrar en esta coyuntura de crisis que no ganó únicamente porque la ciudadanía quería que se vaya el peronismo del poder tras 24 años sino, además, porque quería encontrarse con otra forma de gestionar el estado; algo así como la publicidad de campaña: “Buenos Tiempos” que, seguramente desde la óptica de Hermes Binner el gobierno nacional se empecina en malograr.
27 de Julio de 2008

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