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sábado, 11 de octubre de 2008

¿FIN DEL SUEÑO SOCIALISTA?.

Con el rechazo de la reforma tributaria, el peronismo sepultó simultáneamente las ilusiones socialistas de modificar la Constitución provincial e inauguró una era de peligroso revanchismo político.

Decíamos sobre fines de septiembre que “el socialismo gobernante festejó el triunfo antes de que termine el partido (incluyendo en el presupuesto 2009 los 670 millones de pesos a recaudar por la reforma tributaria que estaba en discusión parlamentaria). Seguramente habrá piernas duras de ambos lados; lo ideal sería que se cuiden, porque hay mucha gente mirando. Concientes del poder de fuego socialista, y convencidos de la inconveniencia de la misma, el jefe de los senadores peronistas Ricardo Spinozzi cortó por lo sano: mandó la reforma tributaria al arcón de los recuerdos con un contundente y sorpresivo rechazo sobre tablas, que encendió al socialismo al punto tal de hacerle perder la cordura política al experimentado jefe de bancada socialista Juan Carlos Zabalza quien, en un exceso semántico, habló de “golpe de estado”.
Llama la atención que el socialismo se espante por la súbita jugada peronista cuando se pasaron años haciéndole notar a la población “de lo que son capaz de hacer” (los peronistas); en ésa maquiavélica línea de pensamiento deberían haber sopesado “qué no serían de capaz de hacer” estando en la oposición. La peligrosa dualidad de sobre valorar su propia fuerza y sobre estimar la del adversario llevó al socialismo a un peligroso error de cálculo que fue fatal.
“El que avisa no traiciona”, reza el adagio popular (muy utilizado entre fulleros). El peronismo advirtió desde el primer día que la reforma tributaria así planteada “no saldría”, y mucho menos sin diálogo; el alter ego triunfalista del socialismo sometió a la desconsideración y el destrato permanente al justicialismo que vio en ello la justificación perfecta para el golpe fatal. El propio socio radical y presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda Carlos Fascendini llegó a amenazar (al gobierno) por los Medios que “la reforma no saldrá sin consensos”, en un claro llamado de atención por el ninguneo al que también su Partido era sometido por los sucesores de Alfredo Palacios. “Si (los socialistas) tratan así a los socios (radicales y demoprogresistas) qué nos espera a nosotros”, solía repetir un parlamentario peronista por aquellos días de análisis en Diputados de la reforma.
Binner se quedó sin el pan y sin la torta; la reforma tributaria era el partido clasificatoria para la copa del mundo: la enmienda constitucional provincial. Todo se vino abajo con los “trece Cobos” (ingeniosa frase del diputado del PDP Gabriel Real refiriéndose a los trece senadores PJ que archivaron la reforma tributaria) que por lo visto tienen el manejo del timón parlamentario que habrá de guiar el rumbo de la nave socialista hasta el final del mandato, obligando a Hermes Binner al delicadísimo ejercicio de gobernar por decreto hasta donde las facultades se lo permitan, bajo la inquisidora mirada peronista.
Tras el mazazo de los senadores, el Gobernador dobló fatal e innecesariamente la apuesta, hablando de chicos que van a seguir muriendo y continuarán sin ir a la escuela; la pobreza estructural de vastos sectores de la sociedad argentina genera muertes de niños y deserción escolar aún con el salvataje financiero norteamericano. No era necesario destilar el rencor por ése lado.
El socialismo deberá aprovechar el fin de semana largo para rever su accionar político; la “oposición responsable” del peronismo está visto que se reduce al acompañamiento de iniciativas oficialistas menores que no hagan peligrar, como dice Spinozzi “el pronto retorno al poder” del justicialismo. Un botón basta para muestra; “ahora vamos por los alucinantes Nodos Regionales”, se les escuchó decir, híper entusiastas, a “los muchachos”.
Con la reforma tributaria el peronismo enterró también las delirantes especulaciones acerca de un “pacto de gobernabilidad” entre Binner y Reutemann; “¿qué tengo que acordar yo con Binner”? se preguntó, azorado, el Senador nacional cuando comenzó a sonar ése rumor. Además, la afrenta destemplada del diputado socialista Lamberto hacia el ex Gobernador, acusándolo de ser cómplice de la jugada de los senadores, tomando como destinatario y portador del reproche a su sobrino Federico Reutemann, dejó mas claro que arroyo de montaña la relación entre socialistas y el ex Gobernador, sosegada allá por abril cuando el conflicto con el campo amenazaba con llevárselos puestos Reutemann y Binner.
Ahora bien, toda batalla deja secuelas aún ante el triunfo estrepitoso. El peronismo, junto con el pase al archivo de la reforma tributaria, se “llevó puesta” la quinta cuota del inmobiliario, ya sea porque la “doctrina pacífica” del derecho (diputado Gabriel Real dixit) así lo indique (la quinta cuota del inmobiliario que el peronismo votó como proyecto propio hace dos semanas en senadores estaba incluida también en la Ley de reforma que ahora sepultó) ó porque el despecho frentista en diputados no le dé curso. Lo cierto es que los municipios y comunas comenzarán a transitar un destino azaroso.
Urgidos por la necesidad de fondos frescos para hacer frente a los acuciantes compromisos salariales (sin contar el pedido de aumento del sindicato), no pocos administradores comunales recurrieron a préstamos en mutuales y financieras a devolver con la “quinta cuota”, saliera de donde saliera (ya sea del proyecto peronista ó de la reforma); otros ya planificaban las obras a realizar el año que viene con “la plata de mas” – estratégicamente amplificada en la difusión por el Gobierno- que les llegaría con la reforma tributaria (aumento de inmobiliario y cobro de Ingresos Brutos a los actuales exentos) Nada de eso ocurrirá ahora.
Seguramente Binner dispondrá de fondos especiales para atender los urgentes reclamos salariales de las comunas y municipios, que el primer día hábil luego del fin de semana largo comenzarán a deambular hacia el despacho de la Secretaria de Regiones, Municipios y Comunas Mónica Bifarello, pordioseando la plata necesaria para subsistir. Lo que se dice caer en los brazos del gobierno que les hará recitar el Manifiesto del Partido Socialista Argentino antes de darles el dinero.
Ya nada será igual después del “voto no positivo” de los trece senadores peronistas. Ahora viene el debate por el presupuesto 2009 con el peronismo triunfalista y el gobierno enfurecido.
12 de Octubre

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