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domingo, 26 de octubre de 2008

LA CRISIS MUNDIAL Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE NUESTROS POLITICOS Y EMPRESARIOS

La crisis económica que aqueja al mundo se convirtió en el prisma que le devolverá a la población santafesina la imagen sobre el grado de compromiso cívico y solidario de los dirigentes políticos y empresarios a la hora de privilegiar la tan mentada “responsabilidad social” por sobre mezquinos intereses sectoriales .

Alarmado por la ola de anuncios de despidos y suspensiones, el Gobernador Binner convocó para este lunes en la Casa Gris a los sectores directamente involucrados, esto es empresarios y gremialistas, mas los representantes de los principales partidos políticos para analizar la crisis económicas y sus implicancias reales.
Tras la reunión, Binner seguramente hablará de “trabajar juntos” y de “manera solidaria” para sostener las fuentes de trabajo, que en castellano básico significa, tal como ya anticipó el titular de la CGT Santa Fe, no utilizar a los trabajadores como variable de ajuste, y comenzar con la cantinela de que “hay que ajustar para sostener las fuentes de trabajo”. Cuenta el Diario rosarino “Rosario/12” que el intendente Miguel Lifschitz “tuvo la osadía de invitar a economistas -y se le coló algún tunante- para aportar y debatir ideas para mitigar la crisis, y terminaron pidiéndole "flexibilidad" en las concesiones por parte del Estado, algo así como "hacer la vista gorda" para algunos negocios que más de uno de los invitados tienen en carpeta en el municipio”.
De todos modos, el peronismo no dejará pasar la oportunidad para recalcar lo acertado que estuvieron al voltear el “impuestazo” (reforma tributaria), mientras los empresarios y comerciantes aprovecharán las decenas de cámaras y micrófonos para extremar las consecuencias de la crisis estremeciendo con el fantasma de los despidos, sin dejar de quejarse por lo “inoportuno” de los 1200 requerimientos (900 de ellos a Rafaela) que la API envió por presuntos períodos impagos de tributos provinciales, y otros 6.200 a quienes no cumplieron con el pago de los convenios de Ingresos Brutos.
Todo ello cuando las facturaciones eran florecientes y Argentina daba cátedras de cómo manejar la economía.
En el “mientras tanto polìtico”…
Según el periodista rosarino Pablo Feldmann, Hermes Binen tiene un nivel de imagen positiva que supera el 60%, mientras que el encuestador santafesino Horacio Robustelli adelanta que el índice de confianza en el gobierno que realiza mensualmente lo ubicará en octubre con una sensible merma que ya viene experimentando en los dos últimos meses. No obstante ello, el sondeo de Robustelli de Septiembre le daba a Binner un 52% de imagen de gobierno, con picos importantes en el orden del 65% en el concepto de administración de gobierno y 61% en corrupción
Señalaba Robustelli en Septiembre que “con el índice de los nueve meses el actual gobierno socialista tiene una inserción favorable en la opinión pública y las variaciones existentes en si no son significativas (pero hay que prestarle atención ya que desde hace dos mediciones vienen bajando) y la gente le sigue dando un voto de confianza a la actual gestión provincial, al menos por ahora.
Sostenía el encuestador el mes pasado que Hermes Binner y su gobierno “no es considerado un gobierno corrupto ni un gobierno que no se ocupa de los problemas”, pero ya anotaba que “hay que tomar en cuenta la baja experimentada sobre todo en la imagen general del gobierno producto de lo que los entrevistados manifiestan como falta de concreción de algunos proyectos , el aumento de impuestos y servicios así como la incertidumbre del conflicto con los docentes y empleados públicos”, que se daban por entonces.
Sería interesante saber – hasta el momento nadie se tomó la molestia de hacerlo – cómo repercute en la opinión pública santafesina el accionar de la ahora oposición peronista, sobremanera en vértices tales como el rechazo de la reforma tributaria con el mediáticamente plausible argumento de “defender el bolsillo de los santafesinos de un impuestazo y a los empresarios ante la crisis” (que no se había desatado en su total magnitud cuando los senadores tumbaron el proyecto de Binner).
De todos modos, mas allá de lo que opine la gente, suponemos ahora mucho más preocupada por lo que pueda suceder con sus empleos (que, salvo los empleados públicos que son inamovibles, no dependen del humor de Binner) y de sus aportes jubilatorios a las AFJP, el Gobernador de Santa Fe y su Partido Socialista (no nos animamos a hablar del “Frente” que conforma junto a otros agrupamientos políticos) aprovecharán la coyuntura para fortalecer sus embates contra la oposición peronista que “pone palos en la rueda”, pretende “gobernadas desde una de las Cámaras” (el Senado) y “obstruye la acción de gobierno”; todas éstas citas de legisladores socialistas (no del FPCyS) de los últimos días (sin contar la acusación al peronismo de “esquizofrénicos” que descerrajó el diputado socialista Drisun).
Dentro de ése “armonioso” marco es que – casi hipócritamente – desde ambos sectores políticos (oficialismo y oposición) se busca el “diálogo político” sobre una “mesa de enlace” que el peronismo quiere que la integre el propio Gobernador y éste le responde que para eso están los ámbitos parlamentarios, a lo cual el peronismo retruca señalando que eso ya lo saben, pero que quieren la presencia del Gobernador en las conversaciones, a lo cual Binner redobla la apuesta diciendo – y desdiciéndose – que iría a la Legislatura – ya no en su despacho – a conversar cuando quieran. Casi, casi un sainete.
¿Qué quieren los peronistas?: que el socialismo habilite – y apruebe – en diputados (donde el oficialismo es mayoría) dos proyectos con media sanción de senadores que el peronismo, haciendo uso de su abrumadora mayoría, aprobó sobre tablas: el incremento en cinco puntos de los índices de coparticipación, y la quinta cuota del inmobiliario.
¿Qué responde desde el socialismo?: que el peronismo, precisamente utilizando la mayoría absoluta de senadores, mandó al recinto y aprobó subrepticiamente y sin discusión en comisiones estos proyectos que son inviables. En el caso del aumento de coparticipación a municipios y comunas, los socialistas aducen que el peronismo sólo pretende desfinanciar al gobierno, ya que los fondos saldrían de la misma caja que no se ampliaría, como pretendía el gobierno con la reforma tributaria.
Con la quinta cuota del inmobiliario, que el peronismo destina en su media sanción en un 100% a municipios y comunas, mas allá de los reales alcances recaudatorios de la misma, (con una Provincia donde el 70 % de su territorio está en emergencia por sequía y el resto en emergencia “psicológicamente económica”), la determinación del oficialismo de no votarla es meramente política, tal como afirmó a su regreso a Casa de Gobierno tras una intervención quirúrgica el Jefe de Gabinete Antonio Bonfatti: “la quinta cuota está caída para el transcurso de este año”.
Como se podrá apreciar, el “diálogo” en la Provincia de Santa Fe entre peronistas y socialistas quedará supedita a cuestiones “popularmente sensibles” como la crisis económica y su secuela laboral, donde también existirán roces porque si Binner entra en la vorágine opositora y arremete contra la manera en que los Kirchner quieren estatizar las AFJP (aunque el Gobernador está de acuerdo con el sistema de reparto) seguirá complicando la relación entre Provincia y Nación que de un tiempo a esta parte, mas concretamente desde que Binner comenzó a “venderse” como alternativa nacional para el 2011, no son las mejores.

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