El Partido Justicialista entró en la etapa de asimilación de la derrota, que incluye reproches a granel y la posterior reconstrucción de las líneas para hacerle frente a un poderoso enemigo que lo venció tras casi un cuarto de siglo: Hermes Juan Binner.
Este último proceso – reconstrucción- comenzó más rápido de lo que muchos hubieran esperado (incluido el socialismo); a las setenta y dos horas del cataclismo, dirigentes de distintos sectores peronistas ya mantenían animadas tertulias donde se pudo advertir que el sector liderado por Agustín Rossi poseía un “plan de contingencia” para el caso de una catástrofe el domingo 2.
Rossi, que poseerá la mayoría interna entre los 22 diputados justicialistas que ingresarán a la Cámara Baja (21 si la justicia le da la razón a la UCR y coloca a Edgardo Martino) y dos senadores (Betique y Terré), conversó distendidamente el pasado viernes con los periodistas en un café de la costanera santafesina donde dejó en claro que la reconstrucción del justicialismo se debe dar dentro de un clima de acuerdos, consensos y generosidad.
Sabe el presidente de la bancada nacional de diputados justicialistas que Carlos Reutemann, además de enviarle un conceptuoso telegrama de felicitaciones a “sus muchachos” triunfadores, los alentó a trabajar en la edificación del nuevo justicialismo que tendrá que oponerse, por ejemplo, a la reforma de la Constitución que enviará Binner al Parlamento ni bien asuma y que contempla, entre otras “sutilezas”, unicameralidad, regionalización, pero sobretodo licuación del “poder de fuego” de los legisladores, reduciendo las partidas de subsidios y becas con las que atienden innumerables necesidades sociales de sus terruños. “Los legisladores no están para entregar plata, sino para hacer y modificar leyes”, se le escuchó decir al “suizo” para el cual el slogan “tiempos de cambio” va en serio.
De todos modos, la batalla interna por el control del Partido Justicialista ya comenzó y no es un tema menor; solamente desde la organicidad partidaria podrá el peronismo enfrentar el tremendo embate binnerista que promete arrasar, de ser necesario, hasta con sus circunstanciales socios, los Radicales por el Frente, que corren el serio riesgo de transformarse en Radicales en el Fondo, si Hermes llegara a enterarse que andan blandiendo de manera “cuasi intimidatorio” el listado de distritos en los que se impusieron con candidatos propios, muchos de ellos beneficiados por el “huracán Binner” que, para ser honestos con nosotros mismos, mutó de “fuerte tormenta tropical” tras la Primaria. (título del 2 de Julio) a la categoría de “huracán”.
“Binner arranca con plata, Medios (de comunicación) y la gente a su favor” y eso lo va a usar de entrada, porque sabe que con el primer minuto de gobierno comienza el desgaste”, profetizó ante nuestro Diario un encumbrado dirigente justicialista, quien además advirtió: “si los Senadores justicialistas (que serán mayoría) entregan la Cámara (aceptando la unicameralidad) que se corten las….uñas”.
“Utilizarán los Medios para desgastarnos, como ya están haciendo con el aumento de las partidas para subsidios, pero no nos quitará el sueño; y si (Binner) llama a un plebiscito, aunque el resultado le resulte favorable, tampoco nos moveremos de nuestra posición: no a la unicameralidad”, vaticinó un senador que se pertrecha para lo peor.
Para “achicar el pánico”, los socialistas no hablarán de eliminar la Cámara de Senadores, por el contrario, ampliarla con mas representantes. ¿Qué sentido tendría entonces pregonar más “calidad institucional” y “austeridad” si la Legislatura va a tener más legisladores?; ahí es donde viene la sopa: achicarle el presupuesto.
Esto va de la mano de la regionalización (eliminar los Departamentos) mediante la cual funcionarios del gobierno (¿Delegados Regionales?) se harían cargo de las necesidades que el Estado (socialista) prontamente tendería a subsanar. Traducido en francés: sólo el oficialismo podrá hacer política.
Demás está decir que a la población estos temas ni la rozan; votó a Binner masivamente porque efectivamente quería el cambio; un cambio que si hilamos fino (motivo para un futuro análisis) comenzó en 1991cuando la UCR de Horacio Usandizaga cosechó 601.304 votos y “otro” que representaba el “cambio” dentro del PJ, un tal Carlos Alberto Reutemann, obtuvo 488.105 sufragios. A partir de ahí comenzó la era de la “loledependecia”, que, juntamente con la Ley de Lemas derivó en un espejismo que la ausencia del “Lole” (conjuntamente con la derogación de la Ley de Lemas) transformó en el actual desierto.
Tiene razón Obeid cuando dice que no se plebiscito su gestión (aunque en los últimos días él personalmente pidiera el voto para Bielsa). El error de cálculo fue creer que los votos se transfieren (eso sólo lo hacía Perón) y que la ciudadanía le daría el respaldo a Bielsa por la excelente gestión del actual Gobernador.
La magnífica gestión de obra pública de Obeid es considerada por “la gente” como parte de las obligaciones del gobernante (sobremanera cuando tiene plata); quizás le hubieran acarreado un mayor caudal de votos a él mismo en caso de ser candidato; pero, como quedo evidenciado, no sirvió para Bielsa.
Si tan sólo los dirigentes justicialistas hubieran hablado con “la gente” en los Departamentos (no los militantes, mangueros, simpatizantes y contertulios de los café del centro de Santa Fe y Rosario), al menos hubieran asimilado el resultado un par de meses antes.
No por nada Reutemann, las escasas veces que lo hace, se reúne en los bares de las estaciones de servicio de los pueblos. De allí que en Junio del año pasado nos dijera (ver nota de la época en este Diario) que “la gente quiere el cambio; ¿quién le dijo que yo le gano a Binner?”.
09-09-07
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sábado, 12 de abril de 2008
EL PERONISMO SE PERTRECHA PARA “EL CAMBIO”.
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